lunes, 6 de septiembre de 2010

Naturaleza

Silencio...
Se puede oír el latido del sol a lo lejos
Asomado en medio del mar, entre la espuma blanca
Y calló el pajaro,
Se apago su canto al apretar el interruptor;
Miraba el árbol con estupor,
Lloraba en aquel día de Otoño,
Desnudando sus ojos, mirando
aquello que siempre soñó.

Volaba en el cielo la espuma
A veces gris... y otras tantas, tán blanca como la luna
Despendiendose
a veces
de aquello que le sobraba...
Pero jamás se acababa,
Siempre allí, serena volaba
Blanca o morena, siempre flotaba
¡Ni el sol fué capaz de extinguirla!
Al mar llegaba, cada vez que fue exprimida.

Y floreció,
Así como una sonrisa en primavera
Como cuando el velero por el mar navega
En una mañana nueva
Ver
el
sol
una vez más
Ruega.



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